Cuando todo “está bien” pero tú no

Blog2/7/20253 min de lectura
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Autora:
Daniela E. Correa Toro
Psicóloga
Cuando todo “está bien” pero tú no

Hay momentos en la vida en que, desde fuera, todo parece estar en orden: tienes trabajo, tienes vínculos, tienes salud física. Sin embargo, por dentro, algo no encaja. Una especie de malestar sin nombre, un cansancio emocional que no se explica con lo visible. No hay una crisis evidente, pero tampoco hay paz.

Este estado, tan difícil de explicar, suele ser minimizado o ignorado. Y sin embargo, merece ser escuchado.

El malestar que no tiene causa clara

Muchas personas llegan a terapia diciendo cosas como:

“No me está pasando nada grave, pero no me siento bien.”
“Tengo todo para estar bien, y aun así no puedo disfrutar.”
“Siento un vacío, aunque nada haya cambiado fuera.”

Este tipo de vivencias no siempre encajan en una categoría diagnóstica clara. Pero eso no las hace menos válidas ni menos importantes. A menudo, se trata de un malestar sutil pero persistente que apunta a algo más profundo: una desconexión interna, un duelo no reconocido, una parte de uno mismo que ha sido postergada por demasiado tiempo.

El cuerpo también habla

En muchos casos, este tipo de estados se manifiestan como síntomas corporales: fatiga crónica, insomnio, tensión muscular, falta de apetito o incluso ataques de ansiedad sin “motivo aparente”. El cuerpo se vuelve portavoz de lo que no puede decirse en palabras.

Escuchar estos mensajes requiere tiempo y espacio. No siempre hay una respuesta rápida, pero sí puede haber comprensión y transformación si se les da lugar.

Darle valor a lo que sentimos

Vivimos en una cultura que prioriza la acción, la claridad, el rendimiento. Por eso, es común sentir culpa o vergüenza por no estar “aprovechando la vida” cuando todo parece estar bien.

Pero en el trabajo terapéutico, ese malestar confuso puede ser una puerta de entrada a algo más auténtico. Puede señalar una necesidad de reconectar con uno mismo, de revisar decisiones pasadas, de preguntarse si lo que parece “bien” desde fuera, también lo es por dentro.

El valor de detenerse

Buscar ayuda psicológica no siempre implica estar en crisis. A veces, es una forma de prevenir el desgaste silencioso que se acumula cuando se vive en automático. La terapia puede ofrecer un espacio donde explorar ese “no sé qué me pasa” sin juicio ni prisa, solo con escucha y respeto.

Conclusión

Cuando todo parece estar en su sitio, pero tú no te sientes bien, es momento de mirar hacia dentro. A veces, el mayor acto de cuidado no es cambiar algo afuera, sino animarse a escuchar lo que adentro lleva tiempo esperando ser escuchado.

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